Así como un rayo de sol nos puede alegrar el día, o como un frío viento puede darnos ganas de volver a casa, la arquitectura de los espacios que habitamos también influye en nuestro estado de ánimo. Partiendo del sentido común, estar en un lugar feo y sucio es desagradable mientras que estar en un lugar bonito y limpio es agradable. Sin embargo, esta lógica se hace compleja cuando contemplamos los diferentes propósitos de las construcciones arquitectónicas, por ejemplo: un hogar está diseñado para estar en familia y para descansar, mientras que una oficina está diseñada para maximizar la productividad. Una cárcel está diseñada para contener y vigilar a los reos que la habitan, mientras que un colegio está diseñado para maximizar el aprendizaje y desarrollo integral de los estudiantes. Esta lógica nos indica que si una oficina es demasiado cómoda, quizás los oficinistas no sean muy eficientes, o que si una cárcel es demasiado amplia, será más difícil realizar procesos de vigilancia.
En cuanto a la educación y el diseño arquitectónico de los colegios del futuro, debemos preocuparnos por construir estructuras que permitan a los estudiantes y profesores construir valor intelectual, social, y moral. Desafortunadamente, pocos colegios en Colombia cuentan con este tipo de arquitectura. Sin embargo, entre los colegios que figuran en la base de datos exclusiva de Éccole!, hay varios que se destacan, y en este artículo vamos a reseñar a tres.
Colegio Los Nogales
Todas las instalaciones de este colegio, conocido por su excelente nivel académico, son excepcionales. Sin embargo, nos vamos a centrar en la cafetería y la capilla, ambas construidas en concreto ocre. El arquitecto de la obra es Daniel Bonilla.
La cafetería está construída en concreto ocre. Tiene columnas perimetrales en forma de “V” y grandes aleros en el techo. Las propiedades acústicas del espacio y los video-beams instalados permiten que el edificio sea realmente multifuncional y se pueda utilizar como auditorio.
La capilla, al igual que el resto del colegio, pertenece al estilo de la arquitectura moderna, sin embargo, también tiene algo de arquitectura brutalista por sus acabados en materiales brutos, tales como el concreto y la madera. La estructura es en forma de prisma. Sus grandes puertas de madera se abren completamente, creando un espacio abierto, poco común para las sedes de congregación religiosa. Tiene capacidad para 50 personas y cuenta con un oratorio y una oficina.
Colegio Rochester
El Colegio Rochester es el primer colegio de Latinoamérica en recibir la certificación “Green School LEED Gold”, la cual da constancia de su arquitectura sostenible y de su uso sostenible de recursos naturales. El arquitecto, al igual que el Colegio Los Nogales, es Daniel Bonilla. Un estudio de caso del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible resalta las principales características del colegio, aquí reseñamos algunas:
Ventilación: Las instalaciones cuentan con “apoyo mecánico de inyección de aire integrado a sensores de temperatura y CO2. Esto asegura las tasas de renovación de aire requeridas y un ahorro en el consumo energético operacional”.
Iluminación: La arquitectura del Colegio Rochester aprovecha al máximo la luz natural y además las instalaciones cuentan con bombillos LED, los cuales consumen menos energía y funcionan por más tiempo que los bombillos tradicionales. Al interior de los edificios también hay “sensores de control de ocupación e intensidad lumínica natural que suman ahorros significativos a toda la eficiencia energética del proyecto”.
Agua: Uno de los aspectos más innovadores del Colegio Rochester es su uso del agua de lluvia, aprovechando al máximo el clima de Bogotá. “El agua lluvia se reutiliza para el riego paisajístico y como sistema de apoyo para descargas sanitarias con un tratamiento previo. El uso de dispositivos ahorradores en sanitarios y en griferías, sumado a la reutilización de aguas lluvias, reduce el consumo de agua potable en la operación del colegio”.
Eficiencia energética: El Colegio Rochester cuenta con paneles solares que “generarán el 100% de la energía de calefacción para duchas de vestieres del Centro Acuático, 48% de calentamiento de las piscinas”.
Gimnasio Fontana
El Gimnasio Fontana es una construcción conceptual, pieza única del célebre arquitecto colombiano Rogelio Salmona. Los salones de para materias tradicionales se encuentran a lo largo del círculo exterior, y en la franja transversal del centro se encuentran los salones de estética (música, arte, danza y teatro).
La estructura de los patios es laberíntica, con pasillos diagonales, rampas, pérgolas, y escaleras. El acabado de ladrillo coexiste con plantas, viento y agua de lluvia. Todos los interiores tienen luz natural y salidas a zonas verdes. La arquitectura se concibió como complemento de la filosofía del colegio, la cual se centra en el desarrollo de la creatividad, trabajando las artes y la ciencia de forma transversal.
Teoría psicológica para la arquitectura
En el 2015, la Secretaría de Educación contrató al arquitecto estadounidense Frank Locker para una asesoría acerca de cómo deben ser diseñados los nuevos colegios de Bogotá. Locker afirma que la estructura arquitectónica más común para colegios es demasiado parecida a una cárcel porque los salones están en fila, a lo largo de un pasillo en el que no se puede estar sin permiso, y porque una campana ordena a entrar y salir, o a comenzar y terminar clases. Esta estructura es impersonal y facilita el desinterés general de profesores y estudiantes. Adicionalmente, en la mayoría de los casos, son mega estructuras, colegios con miles de estudiantes en los cuales en muy fácil caer en el anonimato, y fuera de la supervisión de adultos. Locker aboga por un sistema educativo en el que se abandonan las mega escuelas y que en cambio, se construyan más escuelas pequeñas, comunitarias, distribuidas en función de diversas poblaciones.
Las reflexiones de Locker tienen más sentido tomando en cuenta la Teoría de Campo, desarrollada por el psicólogo alemán Kurt Lewin, a principios de siglo XX. En esencia, la Teoría de Campo explora la influencia que el medio ambiente ejerce sobre las personas, y las relaciones que las personas establecen con el medio ambiente. Siguiendo principios de esta teoría, se puede hacer arquitectura para la opresión, para la miseria, para la ignorancia. Una estructura de colegio que organiza a las personas en línea de producción, en aulas cuadradas con pocas ventanas y techos bajos, en las cuales los estudiantes se sienten hacinados y hostigados por la falta de espacio personal, invita a cualquiera a huir. Si una campana suena como alarma varias veces al día, propiciando órdenes para los movimientos de las masas, en fácil imaginarse que la gente puede llegar a sentir un disgusto que se acumula a lo largo de sus vidas escolares.
Pero la premisa de la Teoría de Campo puede llevar a la autorrealización cuando consideramos otros propósitos, se puede hacer arquitectura para el aprendizaje, el desarrollo social, y la felicidad. Consideramos que los colegios reseñados en este artículo fueron diseñados con esos propósitos.
Si les parece que hay otros colegios en Bogotá con arquitectura de vanguardia, no duden en dejarnos un comentario al final de este artículo. Estamos pendiente de cualquier pregunta o comentario.